Se acerca la navidad, y sin duda, a muchos se nos pasa por la mente, los regalos, la cena, los invitados, las bebidas, los adornos, en fin, una serie de aristas propias de estas fechas. pero en está ocasión no quisiera abordad este articulo desde esa perspectiva generalizada, o en el escenario de quienes probablemente ya tiene todo ello resuelto, y quizá la disyuntiva en este momento, está entre un regalo u otro, entre el pavo o el chancho, o detalles probablemente menores. 

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En esta ocasión volquemos la mirada a lo inherente a las circunstancias actuales del país, donde los problemas económicos se han vuelto cada vez más habituales para un gran segmento de la población, segmento donde no cabe una discusión en torno a los regalos ni la cena, sino más bien quizá, en qué hacer para sortear esta época del año sin hacer que los más pequeños se sientan perjudicados por las circunstancias temporales o permanentes en las que la familia se encuentra, es decir, como atenuar el impacto de una época dominada por el consumo. 

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La época que para unos es la mejor del año, para muchos otros se convierte en una muy difícil por la falta de acceso a lo que considera una tradición, trayendo consigo, sentimientos de frustración, tristeza y exclusión. No obstante, es preciso recordar el verdadero significado de la navidad, significado que está muy alejado del consumismo, y más bien vincula al ser humano y su empatía para con los demás, el compartir, el amor y el apoyo mutuo. Es aquí que hago un llamado a ponernos el traje de hermandad y buscar ayudar a los más necesitados en estas épocas, recordemos que lo que a unos nos puede parecer poco, para otros puede ser mucho o todo.

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Los que de una u otra manera estamos vinculados al sector de los alimentos y bebidas, podemos hacer mucho o poco, pero podemos hacer algo, algo que impacte positivamente en los que más lo necesitan, Si tienes acceso a alimentos adicionales o un poco más de recursos, puedes donar a personas o familias que lo necesiten, acercarte a iniciativas como las que lleva la Cruz Roja Ecuatoriana, el Banco de Alimentos entre otras tantas instituciones que tienen la capacidad de llegar a muchas personas en situación de vulnerabilidad. 

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Son estos momentos donde a menudo surgen gestos de generosidad y solidaridad, en los cuales no se requiere dinero, sino más bien tiempo, voluntad y solidaridad. Que esta navidad se convierta en una invitación a valorar lo que realmente importa: la conexión humana, el apoyo entre seres queridos y el compartir lo poco o mucho que se tenga. Hagamos que, para muchas personas, la navidad puede ser un tiempo para fortalecer vínculos emocionales, reflexionar sobre el amor incondicional y, a través de pequeñas acciones, encontrar consuelo y esperanza.

 

Recuerden que cocinar es un acto de amor, practíquenlo con frecuencia.